Estábamos haciendo la demo de las fotografías para el primer acercamiento de Pelleas et Melisande, trabajamos Ulises Martínez, Vivian Cruz y yo en un ejercicio en medio del cruce de Eje Central y Av. Juárez en el centro de la Ciudad de México. Un lugar fascinante por la convergencia de toda la gente que
Como parte de la aquel safari fotográfico “Paisajes de piel y agua“, realice una serie paralela con una cámara estenopéica en película 120mm, una aproximación distinta al resto de esa serie. Para mi, el tipo de técnica fotográfica utilizada también altera la aproximación que tenemos a la escena,
…la velocidad, lo mundano, el bombardeo mediático, el deber ser como mandamiento de la caja idiota, el estereotipo, la imagen degradada ante los espejismos especulares del rostro por la mañana…
La idea era comenzar un nuevo ciclo en expresión fotográfica, siempre pensé que ese fenómeno tendría que ser en compañía; La paciencia en su expresión más sencilla, la semilla y el final y comienzo de todo, el fruto. Algo así pensé que sucedería, ahí, con buenos compañeros de aventura y aquel encuentro fortuito con la herramienta estaban a punto de darme la dirección hacia el nuevo camino.
En 1999 Héctor Cruz permaneció en residencia en el estudio Mercer de Irene Tobin, una experiencia única donde reafirmo su pasión por la fotografía, un lapso donde la imagen y la fascinación por lo encontrado del otro lado de la óptica fue definitivo en su carrera.
Fotografía Ensayo sobre el proyecto de “Pelleas et Melisande” que se llevaría a cabo en colaboración México y Bélgica.
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Persona es un proyecto que le tengo un aprecio muy particular. Cuando comencé con él me encontraba en un momento de muchos cambios a mi alrededor, un años antes había gastado un pequeño ahorro en comprar una cámara FM2 en el centro de la Ciudad de México, me sentía un tanto sin rumbo y comenzaba una nueva etapa tras más de cinco años en un proyecto con poca fortuna.